El pontífice pidió encarecidamente que los civiles «no sean víctimas del conflicto» e invitó a sumarse con el ayuno y la oración a la jornada convocada por la Iglesia de Tierra Santa para este martes.
El Papa Francisco presidió la oración mariana del Ángelus con los fieles reunidos en la Plaza San Pedro; oportunidad en la que reiteró que sigue «con tanto dolor lo que sucede en Israel y Palestina».
«Pienso a tantos, especialmente en los niños y en los ancianos», puntualizó desde la ventana del Palacio Apostólico.
El pontífice renovó el llamamiento por la liberación de los rehenes y pidió «con fuerza que los niños, los enfermos, los ancianos, las mujeres y todos los civiles no sean víctimas del conflicto».
«Que se respete el derecho humanitario, sobre todo en Gaza, donde es urgente y necesario garantizar corredores humanitarios y socorrer a toda la población», demandó.
El Papa recordó que «ya han muerto muchísimos», por lo que pidió: «Por favor, no se derrame más sangre inocente ni en Tierra Santa ni en Ucrania ni en cualquier otro lugar. ¡Basta! Las guerras son siempre una derrota. Siempre».
«La oración es una fuerza humilde y santa, para oponer a la fuerza diabólica del odio, del terrorismo y de la guerra», afirmó.
El Papa invitó a todos los creyentes a unirse a la Iglesia de Tierra Santa y dedicar el próximo martes, 17 de octubre, a la oración y al ayuno.
«También me preocupa mucho la crisis del Nagorno-Karabaj, además de la situación humanitaria de los desplazados que es grave, quisiera lanzar un llamamiento especial en favor de la protección de los monasterios y de los lugares de culto de la región», expresó.
«Deseo que, a partir de la autoridad y de todos los habitantes, sean respetados y tutelados como parte de la cultura local, expresión de fe y signo de una fraternidad que es capaz de vivir juntos en la diferencia», concluyó.
(Fuente: AICA)