La Libertad Avanza consiguió un crecimiento exponencial respecto de su representación en ambas cámaras, pero no le alcanza para llegar al quórum, aun si lograra sumar a la totalidad de los integrantes de Juntos por el Cambio.
El triunfo de Javier Milei en el balotaje puso fin a una larga incertidumbre acerca de cómo será el nuevo esquema de poder en el Congreso, aun conociendo a sus futuros integrantes desde el 22 de octubre.
Con un crecimiento exponencial en ambas cámaras legislativas, La Libertad Avanza tendrá en sus manos la conducción de Diputados y del Senado, con Victoria Villarruel a la cabeza, en su flamante rol de vicepresidenta electa. Pero lo cierto es que este nuevo puesto oficialista encuentra a LLA con una representación minoritaria en la Cámara baja, con 37 bancas, sobre un total de 257, y de siete senadores, con un recinto integrado por 72 miembros. Este escenario lo obligará a buscar aliados para llegar al quórum, una empresa para nada fácil, teniendo en cuenta el fuerte retroceso que hizo Juntos por el Cambio, socio de último momento de Javier Milei. La conjunción de JxC, en su totalidad, y de LLA permitiría alcanzar el número mágico de 129 representantes, pero apenas unas horas después del cierre de los comicios ya hay integrantes que dieron indicios que no se sumarán a esta estructura.
“Habiéndose roto la alianza JxC por voluntad ajena a la Coalición Cívica, Elisa Carrió y la Coalición Cívica retoman su plena autonomía y van a luchar por los principios fundacionales, el contrato moral, el contrato republicano y el contrato de desarrollo económico. No van a participar de ningún tipo de negociación”, manifestó la dirigente, lo que dejó virtualmente afuera a los seis diputados que tendrá a partir de diciembre la CC.
Quienes también tomaron distancia de una construcción en bloque con LLA fueron los legisladores de Evolución Radical, referenciados en Martín Lousteau y Rodrigo de Loredo, quienes aclararon que el espacio que surgió como una escisión parlamentaria de la UCR orgánica se mantendrá en su papel opositor, tal como surgió de las elecciones de octubre. Con lo cual, los libertarios deberán, en primer lugar, delimitar quiénes son los diputados del PRO con los que podrían contar en una futura conformación, sumado a la incógnita sobre qué rumbo tomará el radicalismo luego de la salida de Gerardo Morales de la conducción nacional a partir de diciembre. En la Cámara baja, quien también se va es su jefe Mario Negri, lo que anticipa una disputa por la jefatura del bloque, que seguramente irá en tándem con el reparto de lugares en el Senado y en el comité.
Unión por la Patria, por su parte, se quedará con un bloque de 105 legisladores, 13 menos de los que tiene hasta el momento, pero con chances de sumar aliados y llegar al quórum, toda una paradoja para el espacio que será la principal oposición.
¿Quién será entonces el sucesor de Cecilia Moreau si el nuevo oficialismo no llega siquiera a los 40 legisladores? En el avance de las conversaciones con Mauricio Macri y el ala dura del PRO podría estar la respuesta, con la figura de Cristian Ritondo como uno de los posibles legisladores con experiencia postulados para el lugar.
En el Senado, el panorama para LLA es aún menos alentador, con solo siete representantes y un interbloque de JxC que apenas llega a 24, de los cuales no todos están dispuestos a sumarse a las “fuerzas del cielo”, como se autodenominaron los libertarios en la campaña.
La presidencia de la cámara estará bajo el mando de Victoria Villarruel, con apenas dos años de experiencia legislativa, que podría ser apuntalada por un presidente provisional aportado por el PRO o eventualmente la UCR, si es que se somete a conversaciones.
(Fuente: Perfil)