El FMI estimó que la economía argentina caerá 3,5% este año y que la inflación llegará al 140% anual en diciembre. En su staff report difundido este lunes, el organismo empeoró su proyección de crecimiento económico del país para este año.
Este lunes 17 de junio se conoció el último Staff Report del Fondo Monetario Internacional en el que empeoró las proyecciones de caída de la actividad económica argentina para este 2024, con un 3,5%, cuando la estimación anterior había sido del 2,75%. Sin embargo, también mejoró las proyecciones de inflación marcando una desaceleración para terminar 2024 en el 140% interanual y » disminuyendo aún más en el mediano plazo, a medida que la demanda de pesos se recupere de niveles históricamente bajos», señala el organismo.
«La producción se contraerá alrededor de un 3,5% en 2024 (anteriormente un 2,75%), aunque se espera un cambio de rumbo en la actividad durante la segunda mitad de este año, a medida que se alivien los obstáculos de la consolidación fiscal, los salarios reales comiencen a recuperarse y la inversión se recupere en respuesta a las reformas» explica el informe.
De acuerdo a lo que ve el organismo multilateral de crédito, se estaría llegando al piso de actividad en ciertos sectores. «La actividad y la demanda se han contraído marcadamente, aunque hay señales tempranas de que algunos sectores podrían estar cerca de tocar fondo. Varios indicadores apuntan hacia una posible estabilización de la actividad económica a partir de abril, incluidas mejoras en la confianza del consumidor, un repunte del crédito privado y del consumo de cemento, todo ello en el contexto de un repunte de la producción agrícola tras la sequía del año pasado».
Por qué la inflación bajará en los próximos meses según el FMI
Con relación a la inflación, estimó que siga en baja, para terminar 2024 en el 140% interanual y » disminuyendo aún más en el mediano plazo, a medida que la demanda de pesos se recupere de niveles históricamente bajos».
«Mientras tanto, se prevé que las reservas se mantengan sin cambios, ya que los términos de intercambio menos favorables se ven compensados en gran medida por mayores entradas netas de capital. Los superávits fiscales y externos sostenidos a mediano plazo -respaldados por políticas estrictas, aumentos de productividad y mejoras estructurales en el balance energético- fortalecerán las reservas y asegurarán las perspectivas de acceso a los mercados internacionales», enfatizó el organismo.
Y añadió que las políticas monetaria y cambiaria «evolucionarán para afianzar la desinflación y salvaguardar la acumulación de reservas».
Específicamente, «para apoyar la transición hacia un nuevo régimen monetario, el Banco Central garantizará que las tasas de política monetaria se muevan hacia territorio positivo en términos reales, mientras que la política cambiaria se volverá más flexible con la flexibilización de las medidas de gestión de los flujos de capital según lo permitan las condiciones», según el Fondo Monetario.
En la hoja de ruta que marcó el organismo, destacó que el crawling al 2% ha servido, pero que cabe esperar «un ajuste»: En su reporte, el organismo también consideró que si bien la tasa fija de devaluación (del 2% mensual) «ha ayudado a anclar la inflación, las autoridades ajustarán la política cambiaria con el tiempo para moverse de manera más flexible para reflejar mejor los fundamentos y salvaguardar una mayor mejora en la cobertura de reservas».
«Tras las medidas iniciales para deshacer las restricciones y controles cambiarios, las autoridades siguen comprometidas a deshacer todos los controles de capital y restricciones cambiarias, comenzando con las medidas más distorsionantes, incluida la eliminación del esquema de exportación preferencial 80/20 y eliminar el impuesto PAIS antes de finales de 2024», agregó.
(Fuente: Perfil)