A través de una carta remitida a los medios de comunicación y a la comunidad en general, los docentes afirmna que la propuesta de nacionalización de la facultad significa la «pérdida de derechos adquiridos» para los trabajadores de la educación.
Texto del documento
Como profesionales y trabajadores de la educación, nos encontramos en un estado de alerta y preocupación. Nos enteramos por noticias y publicaciones en internet sobre el proyecto de ley que pretende nacionalizar la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales de la cual dependemos como institución, bajo la Secretaría de Escuelas de la UADER.
Esta propuesta nunca nos fue consultada en ninguno de los niveles (primario, secundario e inicial) y solo se nos comunicó en una reunión oficial, luego de la difusión mediática, con muy escasa información y convocada apenas con horas de anticipación, a la que obviamente no pudieron concurrir todos dado que trabajamos en otras instituciones escolares.
El modo de manejo de esta información tan sensible, habla de una profunda falta de respeto y desinterés por nuestra comunidad educativa y por nuestra labor y pertenencia a la Uader.
A la alegría que expresan desde la Facultad sobre esta noticia, nosotros comunicamos nuestra angustia por la falta de información clara y certera sobre nuestro futuro en cuanto a régimen previsional, obra social y estabilidad laboral. Durante años hemos venido aportando económicamente a la Caja de Jubilaciones Provinciales, creyendo que nuestra jubilación estaba asegurada, y ahora todo es incierto, lo mismo que ocurre con la obra social Iosper.
Como docentes que ya vivimos el traspaso de Nación a Provincia en los ’90 y además luego fuimos incorporados la Uader, no vemos con buen augurio esta nueva propuesta, algunos sabemos perfectamente sobre la pérdida de derechos adquiridos, las promesas incumplidas como el inexistente aumento salarial de ser una “Escuela Pre-Universitaria”, la reducción de los espacios de la institución y sobre todo la merma en el presupuesto que significaron estas modificaciones pensadas por quienes no están en las aulas día a día sosteniendo la educación de miles de estudiantes y no conocen la práctica ni el quehacer diario de un centro de enseñanza.
Somos parte de una escuela que no tiene representatividad ni ciudadanía escolar, no somos reconocidos en ningún órgano estatutario de la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales, ni tampoco de Uader. No tenemos voz ni voto y todas las decisiones se toman sin nuestra mirada, aportes ni consentimiento. Esta tensión se vive desde el primer día en que se creó la Uader y la relación interinstitucional jamás ha sido de un modo articulado.
La escuela Normal no es un «agujero negro» ni representamos un «gasto extra». Muchos de nosotros hemos pasado 6 meses o más sin cobrar nuestro salario al ingresar a la Uader, situación que persiste y se vuelve insostenible en el contexto económico actual.
Entendemos que haya una población universitaria a la que le beneficie este traslado a la Nación por diferentes razones, pero exponemos que los intereses y el modo de funcionamiento de una escuela es otro.
Sabemos que esta decisión de la nacionalización será tarde o temprano un hecho, a lo que nos gustaría expresar nuestro deseo de poder elegir nuestra pertenencia como escuela, en vez de imponernos un destino. ¿Quiere la provincia de Entre Ríos deshacerse de la escuela Normal? ¿No es posible volver a pertenecer al Consejo General de Educación? Formábamos parte del CGE antes de 2001.
Algunos queremos volver a compartir los días de trabajo y calendario con las miles de escuelas entrerrianas, con otro modo de funcionamiento más ordenado y con mayor lógica, volver a tener para nuestra escuela los espacios ahora ocupados como oficinas, con mejores condiciones laborales acordes a la cantidad de docentes, no docentes, preceptores y personal administrativo que transita todos los días los pasillos de la Normal. Necesitamos recuperar la relación con la comunidad educativa, retomar el funcionamiento anterior de la cooperadora Víctor Mercante, para que los fondos se distribuyan en cuestiones inherentes a las necesidades de las escuelas, y no a la F.H.A.Y.C.S, como lo es actualmente.
Sabemos que hay otras escuelas pre-universitarias cuyos niveles están bajo la órbita del CGE, como lo es la escuela primaria de Alberdi, por lo que solicitamos se tenga en cuenta nuestra petición.
Creemos que nuestro edificio histórico debería seguir representando a la provincia que le dio valor desde su creación y que ha sido tan importante a lo largo de los años.
Otros quisieran tener más certezas y garantías en papel para poder analizar el panorama, pero mientras tanto, en una reunión presencial sólo se trajo incertidumbre, no dejamos de ver por los medios el desfile de políticos, Consejo Directivo y otras personalidades avalando la propuesta. Nos preguntamos entonces ¿Saben ellos algo que nosotros no? ¿Cómo es que hay tiempo para «interconsultas» con partidos políticos, pero no para una jornada de trabajo y discusión con el personal de la escuela? ¿Cómo tan rápidamente están de acuerdo con un proyecto que no ha sido consultado por todos quienes integran dicho espacio educativo?
En esta carta queremos también hacer un llamado a todos los gremios de los trabajadores, para que velen por el cumplimiento de sus estatutos y hagan cumplir los derechos laborales que tenemos, que nos ayuden a defender nuestro salario y jubilación, así como otras cuestiones inherentes frente a este cambio “excepcional”.
Por todo esto hacemos esta carta, para informar a toda la comunidad y en particular a quienes alguna vez transitaron estas aulas y poner al descubierto esta delicada y tensa situación, pedirles apoyo y solidaridad.
(Fuente: Docentes de la Escuela Normal)