El reporte, consultado por las empresas del sector energético y los despachos oficiales, indica una caída en la presión de los gasoductos y menores importaciones.
En las últimas dos semanas circularon en despachos oficiales y en las principales empresas de energía informes que anticipaban una crisis inminente en el sistema de gas natural de la Argentina. En lo que el sector describió como una “tormenta perfecta”, desde este martes se vieron cortes en todas las estaciones de GNC y grandes industrias del país.
Se trata de los trabajos de G&G Energy Consultants de Daniel Gerold, uno de los analistas más escuchado por las compañías, en los que se advertía una caída en las reservas de los gasoductos ante una continuidad de la ola de frío y en el marco de los menores niveles de importación de fluido en los últimos 15 años.
Las grandes compañías que se dedican a la energía en el país recibieron esos informes incluidas productoras, transportistas y distribuidoras de gas. Consultadas por Infobae, desde algunas firmas, bajo condición de off the récord, sostuvieron que el impacto “se veía venir” y que hubo varias señales sobre lo que podía suceder, aunque apuntan a que las obras necesarias para evitar tensiones vienen retrasadas desde hace muchos años.
Por otro lado, este medio pudo confirmar que funcionarios del Gobierno recibieron estos informes. Incluso hubo enojo del equipo económico porque Gerold afirmó que sostener el congelamiento de las tarifas que había anunciado el ministro de Economía, Luis Caputo, podría generar un costo de $3,7 billones adicionales para el tesoro en concepto de subsidios.
El informe que releva del 10 al 23 de mayo mostró una fuerte reducción en el linepack por la alta demanda, a pesar de la regasificación del GNL en Escobar. También consigna en la fuerte restricción en el flujo de gas que la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) para la cual se restringió la utilización de gas para generar electricidad a un mínimo técnico y aceleró la utilización de combustibles líquidos, cuyas últimas importaciones tuvieron un costo de USD 600 millones que no estaban previstos.
En detalle, a lo primero que se recurre antes de aplicar interrupciones de servicio es a un recorte en lo que se conoce como “line pack”, que es el gas almacenado dentro de los gasoductos que se utiliza para mantener la presión constante y transportar el fluido. En momentos de crisis suele tomarse parte de ese stock para y, pasado el momento crítico, los ductos vuelven a “hincharse”.
Según consignó el informe de Gerold, los ductos operaron cerca del mínimo recomendado de 312 millones de metros cúbicos. Sin más lugar de dónde echar mano, se sumaron nuevos imprevistos y el Gobierno decidió este martes interrumpir el suministro a todas las estaciones de servicio que proveen GNC e industrias del país, con el objetivo de evitar cortes en la demanda prioritaria (hospitales, escuelas, hogares y comercios).
La decisión fue tomada por el comité de crisis al que convocó la Secretaría de Energía que conduce Eduardo Rodríguez Chirillo al Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) y empresas del sector, luego de que un barco de GNL comprado a la brasileña Petrobras rechazara el pago con una carta de crédito, por los más de USD 20 millones que costó el cargamento. Eso implicó una reducción de 14 millones de metros cúbicos en la red de gasoductos. Además, hubo problemas técnicos en dos plantas compresoras de Transportadora Gas del Norte (TGN) en Córdoba y San Luis, ya normalizados, por los que se perdieron otros 2 millones de metros cúbicos.
Esto se dio en un momento en el que las olas de frío polar llegaron antes de lo que estaba previsto a la Argentina y, por tanto, se disparó el consumo energético en las últimas semanas. La demanda de hogares e industrias llegó a los 80 millones de m3 diarios, casi el doble de los 45 millones de m3 que suelen consumirse en esta época del año.
La oposición acusa al Gobierno de falta de previsión y de priorizar el ajuste en obras de infraestructura que podrían haber evitado semejantes tensiones en el sistema. Señalan demoras en la finalización del Gasoducto Néstor Kirchner, la reversión del norte y retrasos en la importación de combustible.
En diálogo con Infobae, un miembro de la Secretaría de Energía que sigue de cerca el abastecimiento de gas sostuvo que las tensiones en el sistema se dieron debido a la ola de frío y a tener “toda la infraestructura atada con alambre” por la herencia recibida. “Las obras energéticas se hacen con cinco años de anticipación, al revés de cómo venimos haciendo. Cuando aparecen los cortes ahí nos damos cuenta que nos falta”, afirmó el funcionario.
“Las importaciones tanto de GNL y gasoil están bien, no es falta de gas, es falta de infraestructura de transporte y de distribución y eso se arregla con años de tarifas sostenibles. Tenemos problemas en el transporte de gas desde Neuquén hacia Buenos Aires y hacia el norte del país por la declinación de los yacimientos de esa región y de Bolivia”, aseguró la fuente.
Flavia Royon, ex secretaria de Energía del Gobierno anterior y también ex secretaria de Minería de Javier Milei, dijo que el Gasoducto Néstor Kirchner se encuentra terminado y operativo desde julio de 2023 con una capacidad de 11mm3/día. Esa obra ayudó a bajar las importaciones que requiere la Argentina pero para duplicar esa capacidad es necesario terminar las plantas compresoras, por lo que ahora funciona a media capacidad.
“La planta de Tratayen se entregó con 82% de avance. Sin deudas. Estaba prevista para octubre del 2023 pero hubo demoras técnicas y climáticas. Era necesario firmar una adenda que lo debiera haber hecho la actual gestión para continuar la obra y llegar a mayo del 2024″, sostuvo.
(Fuente: Infobae)